"Figurative art kanvas" new album feb 2023
Se cumplen cinco años del estreno de Get Providence, "Cannot overcome we are no longer together".
Fue un primer largo que dejó patente el abanico estilístico que contienen mis grabaciones, aunque el resultado fue bastante precario, ingenuo, lo lancé con muchas dudas. Recuerdo que mantuve varias conversaciones con algunos amigos pero tenía miedo. Observado desde la distancia, no sé de qué. Nunca he sido lo suficientemente bueno como para dedicarme a la música. De hecho, nadie espera mis discos.
Desde hace tiempo tengo la impresión de que las personas que escuchan a los demás no abundan. Poco a poco se va perdiendo curiosidad por descubrir y, como consecuencia, la cultura está lejos de conectar con la gente. Posiblemente sea mejor así, no lo sé. Así que sigo intentando construir canciones que a mí me gustaría escuchar, al tiempo que me sirve para mantenerme ocupado con algo y espantar los demonios que llevo dentro.
Después vino una etapa algo más creativa con los dos EPs del 2019 y "Spit again", supongo que mi álbum más completo hasta la fecha.
Ahora vuelvo con una maqueta de contenido. Quería un disco largo, denso, de quince cortes o más pero no ha sido posible. Y realmente está bien así. Este bloque de nueve no podía esperar. Además, varios temas que no salen a la luz ahora abren una vía para grabaciones futuras.
Para componer, con anterioridad, el proceso que seguía era escribir un texto, forjar una buena traducción, adaptarla a la lengua inglesa, generar la música y, por último, las melodías vocales. Más o menos en ese orden. Sin embargo, esta vez no ha sido así. Tengo la cabeza llena de cosas que no dan de comer, me gusta escribir sobre ellas y he ido acumulando un buen número de notas guardadas en cualquier momento y en cualquier lugar.
Así que por primera vez desde 1993 me encontré con una extensa colección de ideas, descripciones, deseos. No fueron escritas como canciones, querían serlo, tal como explica un conocido tema de Silvio Rodríguez.
Lo del inglés tiene varios motivos. El primero y el más importante, me protege. Mis textos son transparentes. Van en serio. Me resultaría difícil abrirme y confesar muchas cosas. Get Providence no es un grupo de música político pero si alguien quiere encontrar política en mis canciones, la va a encontrar con facilidad. Peor todavía, otras veces hablo de emociones y de relaciones de afecto.
Por otro lado, escribo en inglés para aprender inglés. Ni más ni menos. Me permite mantener lo poco que aprendí estudiando e ir ampliando los conocimientos semánticos.
También hay una razón de origen, la música rock es anglosajona. Llevo toda la vida comprando discos americanos, ingleses, escoceses, australianos. ¿Conquista cultural? Es evidente. Pero me ha enseñado tantas cosas...
Últimamente hay voces que defienden que la escena musical internacional ha cambiado porque su epicentro ya no está en los países de habla inglesa. Eso dicen. Pero lo hacen desde el punto de vista del negocio, de los números, de los índices del streaming.
Y está claro que la Guerra Fría es cosa del pasado. Vivimos unas circunstancias diferentes. Todo va cambiando, como es natural.
Sin embargo, me niego a admitir que Corea del Sur o Brasil generen talento sólo por el hecho de haberse convertido en potentes mercados musicales. La precisión y las cifras no forman parte de la misma receta y mezclar ambos ingredientes puede provocar una mala digestión.
Por lo tanto, me siento bien de haber crecido escuchando música blues, rodeado de fotos de Lou Reed, cassettes de Siouxsie, Echo and the Bunnymen y tantos otros. Es ahí donde tengo mis raíces y no me disculparé por ello.
Tal como he explicado antes, "Figurative art kanvas" es una demo de contenido. Quería poner un contrapunto.
Los valores conceptuales tienen la capacidad de convertir cualquier objeto en arte. Esa caja de Pandora la abrió Marcel Duchamp, uno de los artistas relevantes del siglo XX. En el caso de los músicos no profesionales como yo, las vitrinas y las plataformas están plagadas de música conceptual vestida de modernidad que pretende ser una brillante metáfora de algo. Y he tratado de huir precisamente de esas ideas de concepto. En definitiva, intento atribuir un sentido a mis canciones.
Recientemente leí no sé dónde que el mercado del arte anda revolucionado porque se están pagando cifras astronómicas por obras que no existen: un píxel, una idea, un holograma, el propio vacío.
Frente a eso, hechos, rostros, historias, formas tangibles, plasticidad, realidad, naturaleza, trabajo, sociedad: "Figurative art kanvas".
Felipe Martínez